Warszawa

Idea y proyecto gráfico: Grazka Lange
Textos de Michał Bielawski, Andrzej Bienkowski, Sylwia Chutnik, Ola Cieslak, Anna Czajkowska, Agata Czarnacka, Jacek Dehnel, Dorota Dobrew, Agnieszka Drotkiewicz, Andrzej Marek Grabowski, Grzegorz Kasdepke, Lukasz Klesyk, Michal Komar, Tomasz Kwasniewski, Mikolaj Lozinski, Weronika Majchrzak,
Weronika Naszarkowska-Multanowska, Janusz Noniewicz, Joanna Olech, Wojciech Orlinski, Tina Oziewicz, Michal Rusinek, Katarzyna Sowula, Tomasz Ulanowski, Maryla Weiss, Maciej Wojtyszko.
Traducción de Abel Murcia

ISBN: 978-84-938692-9-8
Colección Mi hermosa ciudad, n.º 6 / Edición en castellano / 1.ª edición: septiembre de 2015 / 17 x 17 cm / 70 págs. / 28 fotografías en páginas desplegables / Semblanzas de los autores literarios / Encuadernación en tapa dura / Impreso en Graffiti BC, Torun, Polonia

Durante la Segunda Guerra Mundial, Varsovia fue arrasada y parte de la ciudad desapareció por completo. ¿Es posible reconstruir una ciudad a partir de una serie de objetos? Eso se preguntó la autora, convertida en coleccionista, al encarar este proyecto, para el que ha reunido también una colección de escritores vecinos de Varsovia.

 

En esta colección de libros sobre ciudades con la forma de un alfabeto, Warszawa (Varsovia) ocupa la W. En Warszawa nació la diseñadora Grazka Lange y en este lugar se convirtió en coleccionista de objetos. Sus intereses son amplios: sus colecciones abarcan desde botellitas de licor con formas caprichosas y esferas numéricas hasta lápices usados al borde de su desaparición o panes cocidos en diferentes hornos. Los pequeños contenedores que encierran esas colecciones (cajas de cartón, de metal, de plástico, de madera, de piel) forman a su vez otra colección que ha ido invadiendo hasta el último rincón del hogar de la diseñadora.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Varsovia fue arrasada por los nazis y algunas partes de la ciudad desaparecieron por completo. Quedaron, aquí y allí, algunos objetos disparejos. Al menos una calle se pudo reconstruir gracias a que doscientos años antes había sido retratada con minuciosidad por Bernardo Bellotto, sobrino del pintor Canaletto. ¿Y el resto? ¿Y la gente? ¿Es posible reconstruir una ciudad a partir de una serie de objetos? ¿Pueden los objetos hacer revivir a la gente desaparecida hace tiempo?

Estas debieron de ser algunas de las preguntas que se hizo Grazka Lange cuando se enfrentó a este proyecto. Para contestarlas, decidió reunir esta colección de escritores vecinos de Varsovia entre los que hay periodistas, poetas y autores de libros infantiles. Cada comentario, cada noticia, cada recuerdo aportado, aunque se trate de invenciones, sirve para reconstruir una calle, una plaza o una vivienda de Warszawa.

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