Flores, Manuel
Nací en Huelva un día demasiado caluroso del verano de 1952, a la hora en que los palos no dan sombra. ¡No se preocupe, señora! —dijo el doctor; y mi madre lloró. De modo que, seco y escuchimizado en la cuna, he tardado más de cincuenta años en crecer y dar algún fruto. Eso sí, diminuto, que tampoco se debe exagerar. Ahora, cuando llueve, incluso cuando no, me enredo en garabatear dibujitos por vicio. Obsesivamente. Bueno, por vicio y porque no sé escribir.
«Vicio», dice el Diccionario de la Real Academia, es «gusto especial o demasiado apetito de algo, que incita a usarlo frecuentemente y con exceso»; «obsesión», una «idea que con tenaz persistencia asalta la mente». Vicio y obsesión ha sido dibujar libros de destino incierto. Algunos, pocos, han visto la luz. ¡Afortunados! Se ha dicho antes: no es bueno exagerar.
Manuel Flores
Autorretrato del autor
––––––––––––
A continuación, facilitamos una relación (seguramente incompleta) de las obras iilustradas por Manuel Flores que permanecen inéditas:
* El ente plástico, de Ramón Gómez de la Serna, es un proyecto de 2012 o 2013 que arranca de un proyecto anterior relacionado con la novela de Ramón El circo y que finalmente se ha centrado en uno de sus “caprichos”.
* Chloe (2012), es la letra de un estándar del jazz.
* El cometa del rey (2013) es una obrita de guiñol de Edmond Duranty, que se representaba en el Paris de mediados del siglo XIX. Está prevista su publicación a lo largo de 2021.
* El retablillo de don Cristóbal, de Federico García Lorca, es otra obra de guiñol, bastante brutal. Uno de los libros favoritos del ilustrador, de 2014.
* Punchinela, de Jules Rémond, también de 2014, es la mejor síntesis del famoso Punch inglés (que no es otro que el famoso Polichinela llevado a las islas), aunque a ratos, más que una traducción, es una versión en la que hay incluso versillos de Quevedo y alguna cosa de la literatura popular española.
* El desafiu, de Ezequiel Vigués 'Didó', titiritero catalán que escribía, como hacía la mayoría, sus propias obras. Obra en catalán, de 2015.
* Los locos, entremés anónimo del siglo XVII que acaba con las palabras de uno de los locos referidas al protagonista, el famosísimo Juan Rana: «Que ir no quiere a casa, / que en este tiempo, / el que puede estar loco, / no ha de estar cuerdo». También de 2015.
* Polichinela preceptor, de Edmond Duranty. Vuelta al guiñol y al siglo XIX francés. De 2016.
* Novela de don Sandalio, jugador de ajedrez, de don Miguel de Unamuno. Proyecto de 2017.
* El hombre en la calle, de Georges Simenon. Ilustrado en 2020, durante la pandemia.
* Prólogo en el cielo (Fausto), de Goethe (2020). Segundo hijo de la pandemia.
* Don José y otros cuentos, de Rafael Azcona. También de 2020, es el tercer hijo del Covid 19.
* Viaje a la Luna. Otra vez Federico. Último engendro de este mismo año 2020, tan fructífero para la literatura inédita.