Veinte brindis bajo el sol

Vengo de Benicàssim con una hormiga de Capi en mi bolsillo. El aroma de galletas de Antonio Fernández Molina me despertó el apetito esta mañana. Y en mi paseo matutino le di cuatro puntapiés a una Pelota Postal Descascarillable que me encontré por la playa. La PPD se la debemos a Pepe Cardona, El Persa. Con todos ellos, recito estos versos que nos regaló Serafín: «Azafata de Caronte / ¡que te busquen en mis cuencas / drogadictas de horizonte!». Con todos ellos hoy, sí, aquí y ahora, más presentes si cabe, les rendimos homenaje.

Amigas y amigos vacunas y vacunos. No va de cunas. No va de tunos. Hoy, La Alegría de la Huerta, en su sede natural, la huerta, nos regala con alegría el himno de la Sociedad de Amigos y Difusores de la Pelota Postal Descascarillable, compuesto por José María Pagés, cuya primera audición, en septiembre de 2014, cosechó grandes aplausos y loas de los asistentes a su primer Congreso, celebrado en el Jardín Botánico de Valencia. La letra del himno os la han repartido o están en ello Macoté y sus amigas. Así podemos cantarlo todos juntos.

¿Qué es la PPD? Es una pelota. Y es postal, luego sirve para enviar y recibir mensajes. Y es descascarillable, luego tiene cascarillas que se descascarillan. Pero, sobre todo, es redonda, como cualquier pelota. Su redondez es lo que le permite rodar y rodar hasta llegar a su destino, o demorarse atascada en cualquier vereda, hasta que alguien la ve y la chuta de nuevo hacia su meta. La PPD es redonda como la amistad. Redonda como la fortuna. Redonda como ese sol con el que brindamos hoy.

Con Vicente y Begoña nos une, por encima de todo, la amistad. Diría incluso que por encima de la poesía, del arte o la ilustración. Desde la primera vez que te vimos, Begoña, jóvenes veinteañeros enredados en una tertulia sobre las olas, supimos de la belleza y la frescura de tu mirada, que incrementaba aún más si cabe la insaciable creatividad de Vicente. Vuestra unión fue mágica entonces y sorprende la magia que aún hoy desplegáis. Esa redondez de la diosa fortuna no es por azar. No repitamos a Mallarmé. Es fruto de la PPD, efímera en su contemplación. La amistad también está en el origen de la PPD. Me lo chivó Santi, de oídos de Pepe Cardona, que se lo escuchó a su gran colega y maestro Salvador Armell: «La PPD no deja de ser una metáfora de la amistad». Y es cierto. Solo a un corazón generoso le acude la idea de regar de generosidad el planeta. Y difundir las PPD por los rincones más escondidos de la Tierra.

Media Vaca, como una PPD, sigue una senda aleatoria, pues aprendió a asociarse al caos, no a enfrentarse a él. Alrededor de vuestros proyectos hemos crecido juntos. Al poder de vuestra voluntad respondía nuestra voluntad de poder. La vena creativa fluía, y fluye aún, al ritmo de un folio doblado en cuatro, que, más que un símbolo, refleja una manera de hacer, una manera de estar en el mundo. Vuestros amigos acudíamos prestos y comilones al calor del grillo del hogar, a veces con t de tedio, otras alrededor de un té con limón, o con una corona de esquinas fruto de la sabiduría fallera. Resbalando por los márgenes de la fotocopia, avanzabais hacia lugares donde el cine, la imagen, la ilustración y la escritura como ilustración daba pasos de gigante hacia lo más efímero, lo más nimio, la irremediable belleza de lo inútil. La acción como gemela de la contemplación: si todos los caminos llevan aroma, una mosca con sus patitas manchadas de tinta siembra de azares tu mesa. Sus versos extraviados se arremolinan cuando riman.

Media Vaca es una sabia mezcla de los aires de Quevedo, de las sombras chinescas de Fernández Molina, de los sonetos celestiales de Eduardo Chicharro hijo, de los limericks de Edward Lear, de las hormigas del Capi, de las pelotas postales descascarillables de Pepe Cardona El Persa, o de las cuencas de Serafín, ahítas de horizonte. Y es que, se corte por donde se corte, la poesía siempre queda en la otra mitad de la vaca, como reza un panfletillo vacuno que aún conservo por mi casa.

Gracias, Begoña. Gracias, Vicente. Este sigue siendo un ripio más con aromas de cuero viejo, de donde la piel de la vaca termina en rabo espantamoscas manchada de tinta. Ya sin más romancillos agrillados, demos paso a La Alegría de la Huerta. ¡¡Disfrutad de la música!!

Valencia, a 26 de enero de 2019.

Ximo Ferrando

Texto leído en la clausura de la exposición «Brindis al Sol. 20 años de la editorial Media Vaca», celebrada en Las Naves. La fiesta tuvo lugar en la Alquería del Pou, en la huerta de València, el sábado 26 de enero. Tras las palabras de Ximo, sonó el himno de la PPD, interpretado por La Alegría de la Huerta, que fue coreado por los asistentes, que, enloquecidos, bailaron y después degustaron dos ricas y monumentales paellas. (Fotografía de Santiago Martí).